lunedì 17 maggio 2010

Una de vecinos

Es lunes todo el día, y para celebrarlo yo acabo de tener una presentacion triunfal delante de mis nuevas vecinas, que se han mudado hoy. Viven en la puerta de al lado y son jóvenes y monas, para alegría y satisfacción de Luca (antes vivia un señor rubio y antipático, no tengo más datos).
Las chicas han llamado a la puerta, y me han encontrado en el mejor de mis momentos, con mi conjunto favorito para estar por casa, que Luca define "el traje de pastora" y lo glosa con "lo más antisexi de la historia de la humanidad conocida", pero que es muy calentito y confortable, con su cuello alto y lana ovejera (Luca dice que si entro en la habitacion con eso, le entran ganas de dormir inmediatamente). Además el conjuntito estaba aderezado con tres manchurrones de tomate frescos, frescos, de la comida, porque Paolo tiene la costumbre de montar tragedias griegas ( y no me refiero a deficits de más del 10%, sino a las literarias) cuando doy el primer bocado de mi almuerzo. Parece que mi criaturita espera con ansia a que empieze a devorar, sea la hora que sea, para empezar a llorar con arrebato ( y me refiero a la pasión que le mete, no al cantante), así que como siempre con él en brazos, y me echo lamparones dignos de los anuncios de Ariel, cuando no mancho directamente a Paolo, que varía su tono de lloro y me mira con una expresión que ya empieza a ser habitual de "qué he hecho yo en otras vidas para merecerme esta reencarnación", y es que estoy pensando seriamente en comprarme un babero para mi para evitar que los espaghetti me caigan encima del mono de mi hijo (me refiero al traje, pero él tambien es muy mono y muy rico, todo sea dicho).
Las vecinas se han presentado muy cariñosas y me han preguntado dónde estaban los contadores de agua luz, gas, calefacción etc y ahí lo he dado todo, inventándome las respuestas porque no lo sé (sí, es verdad, no sé donde están los contadores de mi casa, excepto el de la luz, porque como enciendo siempre la lavadora y el horno al mismo tiempo, tengo que bajar a reconectar la luz, y eso me lo he aprendido muy bien). Como no quería confesar mi ignorancia he empezado a lanzar conjeturas al aire, "puesssss el agua en la calle en frente del bar..., el gasssss en el pasillo..." es que ni yo misma me lo estaba creyendo, al final he usado el comodín de la llamada "bueno, mirad, que llamo a mi marido", y así he hecho.
Luca estaba cavando un pozo cuando ha respondido a la llamada, "teresa, por enésima vez, la luz en el garage, la calefacción el pasillo...." y despues de darme la lista me ha colgado porque el hombre estaba muy ocupado. Nada más dejar el teléfono sobre la mesa me he dado cuenta de que no me acordaba de todo lo que me había dicho, así que he mirado directamente a los ojos a la más bajita y le he dicho, "mirad chicas yo soy la vecina simpática pero poco práctica, llamad a los de enfrente" (si, la pareja perfecta de los que ya os habia hablado), "y le decís que no estaba yo en casa y que os expliquen todo. Y ya lo sabeis, hasta las seis de la tarde" (hora a la que llega Luca), "me teneis para tomar chocolate, café y contaros historias, despues de las seis podeis venir para cosas prácticas, y todo el dia para echarnos unas risas". Y con esas les he despedido con Paolo en mis brazos que se le habia olvidado llorar de tan interesado que estaba en ver lo pava que es su madre.
Espero chicos que no os toque nunca una vecina como yo.
Un beso muy fuerte

De mujeres, hombres y putones berveneros‏

Estaba escuchando ayer por la radio, mientras iba en coche, en una emisora que generalmente evito, de esas que emiten hasta la saciedad las mismas canciones de los mismos grupos que están en las listas de ventas, que yo me pregunto las listas de ventas de qué, si nadie compra ya nada de música, y entre canción y canción alientan a sus jóvenes y divertidos oyentes a que opinen sobre sandeces o manden saludos tipo: "un beso a la choni de su cristian que la quiere casi más que a la play", mandando sms de pago eso sí, y en esta ocasión la locutora de turno con con voz empalagosa y engolada preguntaba a su audiencia si era posible la amistad entre hombres y mujeres, tema apasionante y poco trillado, y mientras trataba de no oir las respuestas de los oyentes pensaba que realmente no sabría que responder a la cuestión en concreto pero sí tengo clara una cosa después de mi vasta y basta experiencia en la vida (no sé si estareis de acuerdo): si una mujer me dice "me llevo mejor con los hombres que con las mujeres" y añade "sólo he tenido amigos", no me lo creo, y es más, automáticamente sé que se trata de un putón bervenero, o sea, un zorrón.
No sé, excepto en contandas ocasiones, siempre he comprobado que es una que le gusta pavonearse ante el sexo masculino, y lo que ella llama amigos son unos pobres desgraciados que intentan ligársela esperando que antes o después se la podran ventilar, lo que probablemente ocurrirá, y diciendo esto tengo en mente a mi compañera de oficina, que se me presentó con esa frase, y luego me ha demostrado una gran generosidad para con el otro sexo sin reparar en edad, dignidad o gobierno, y eso que está casada "es que me llevo muy mal con mi marido", me dice, como si eso le redimiese de su condición muy ligera de cascos. Y que conste que no tengo nada contra las que comparten sin reparar en gastos sus atributos de la manera más democrática posible, es más, pienso que tenía que haber sido yo más putón de joven, que mejor me lo hubiera pasado y más gente habría conocido, y me encantan las mujeres que visten como si tuvieran miedo a esconder algo, y ponen en muestra lo divino y lo humano con colores llamativos, para estar muertas antes que pasar desperdibidas, creo que dan una nota de color en cualquier oficina, qué sería de los trabajos sin su putón oficial, o su trepa, el pesao de las narices, o el misterioso que nunca habla?, el problema es que mi compañera, con la que me toca compartir muchas ferias y cenas con clientes es muy pesada, está todo el rato hablando de ella, con una coquetería que pondría enferma a hello kitty, y una naturalidad que haría empalidecer a Chuck Norris en sus momentos más brillantes de actuación, y como en el gremio de los instaladores de maquinaria dental, como me imagino en otros gremios como la construcción o la fontanería, hay mucha hambre de hembra, sus conversaciones completamente anodinas acompasadas a golpe de escote y minifaldeo son coreadas con gran aceptación entre los machos de la estepa babosa, y no sabeis las escenitas que me ha tocado aguantar.
vosotros no conoceis a ninguna asi?

En fin, eso pienso mientras trato de calmar a Paolo, que hoy está peleón,