lunedì 26 aprile 2010

Gente transparente

El otro día paseaba con pareja, vástago y carrito por el centro de Imola y nos cruzamos con un amigo de Luca y su novia. Estuvimos un rato hablando y cuando nos despedimos Luca me comentó: "no sabía que la novia fuese rubia", "Ah, pero es la misma de la otra vez?", respondí. "si, claro, pero se ha cambiado el pelo o el tipo o la cara", "no sé, si la viera de nuevo no la reconocería", y mientras pronunciaba estas palabras pensaba que efectivamente existen las personas transparentes, esa gente que nunca recuerdas si estuvieron en la fiesta o ni si quiera si fueron invitados, de los que nunca recuerdas su nombre o si te los cruzas por la calle y te saludan no sabes si son el dependiente del super, el mejor amigo de tu primo o trabajan en tu empresa.
Seguro que vosotros conoceis a alguien así, y cada vez que coincidis con ellos le preguntais las mismas cosas, mientras ellos te responden tu cerebro presta tan poco interés que las neuronas en vez de transmitir señales eléctricas se comunican en morse y claro, el mensaje queda completamente perdido por el camino, asegurando que la próxima vez te interroges de nuevo cómo demonios se llama y de dónde sale este tío.
Uno se pregunta si los susodichos su madre les reconoce como hijos en casa o cree que son un amigo de visita, o si siempre ganaban de pequeños al escondite sin necesidad de esconderse o que jamás serán despedidos de la empresa por un ERE porque nadie piensa que trabaja allí creyendo que se trate de un consultor externo.
conoceis a alguien transparente?, seguramente sí, no os gustaría a veces serlo?, en fin, en esas cosas pienso mientras doy el biberon

domenica 18 aprile 2010

Elogio de la madre mediocre

Soy madre desde el 3 de marzo de este año.
Ultimamente he conocido y he tropezado con numerosos blogs de madres que cuentan sus experiencias en esta "nueva aventura".
Estoy feliz, muy contenta y Paolo es verdaderamente precioso, pero he de reconocer que no he sentido ningún cambio interno, ninguna revelación espiritual, ni nada de esas experiencias místicas que muchas mujeres parecen tener cuando paren a su prole. Quizás la epidural que a mi no me han dado tiene algún efecto lisérgico, porque realmente a veces me parece que esa gente se organiza unos viajes mentales con ruta turística incluida que me parecen exageradas. Pero probablemente, seguramente, indiscutiblemente soy yo la que se equivoca.
Digamos que entro en un grupo que es la antítesis de lo que llamo padre de manual: el padre mediocre. Explico mejor estos conceptos en lo que es una declaración de intenciones.

El padre/madre de manual se ha leído varios libros escritos por pediatras, matronas y visionarios, y ha creado su propio concepto de lo que es ejercer una paternidad responsable y adecuada.
El padre mediocre se ha comprado los libros, los ha abierto y despues de leer tres páginas, y de aburrirse soberanamente, ha encendido la televisión y ha visto
la ultima pelicula de ciencia ficción que se ha descargado por internet. Ejercerá una paternidad basada en la improvisación y el instinto.


El padre de manual sabe cuál es el signo del zodiaco de su hijo en el momento que le calculan la fecha del parto.
El padre mediocre sabe cuál es su caballero del Zodiaco preferido, del signo zodiacal le importa un autentico huevo.

El padre de manual compra comida biológica, tejidos naturales, productos hipoalergénicos..
El padre mediocre compra lo que está de oferta y piensa que si el hijo no se acostumbra a productos de batalla, la primera vez que vaya a colonias o campamentos a menos que no sean en una comunidad vegetariana, le va a dar un síncope.

El padre de manual toma decisiones para la educación de su hijo basadas en teorías razonables y muy bien elaboradas por pediatras expertos. Está convencido de que es el mejor modo para educar a su vástago.
El padre mediocre toma decisiones para la educación de su hijo basadas en lo primero que se le ocurre en ese momento. Esta convencido de que hay otra manera mejor de educar que la suya, sin lugar a dudas, pero no sabe cuál es ( y no cree que esté escrita en el coñazo de libro que algún día tratará de terminar).

El padre de manual conoce todas las etapas del desarrollo del niño, cuales son sus problemas y cuál debe ser el comportamiento de padre al respecto.
El padre mediocre solo conoce una etapa, que dura 18 años, hasta la mayoria de edad, lo que ocurra en ese tiempo es una incógnita que se irá afrontando.

El padre de manual intenta estimular todo el potencial intelectual y físico de su hijo, con numerosas strategias, juegos, dinámicas, para desarrollar al máximo la capacidad de su criatura.
El padre mediocre no le echa tanta poesía, intenta que el hijo no sea a los 15 años un miembro de los latin kings, el resto ya viene de regalo.

Aquí, una madre mediocre aspirante a madre de manual.